Disfruto corriendo, pero a veces duele...
3:59
Correr siempre es un placer.
Hay muchos factores que recompensan y estimulan al corredor para que el hábito
sea cada vez más necesario dentro de su ámbito cotidiano. Pero eso lo veremos
en otro post, porque en este voy a hablar de cosas un poco menos placenteras,
que son los problemas y los dolores con los que habitualmente (no siempre, pero
sí muy a menudo) tiene que convivir el corredor. Son cosas bastante comunes,
pero que generalmente dificultan que el corredor disfrute de sus carreras o
entrenamientos.
A continuación, vamos a ver
algunos de los más habituales y algunos consejos para evitarlos.
Los dolorosos problemas con
los pezones
Sí, suena un poco
escandaloso, pero es de lo más normal que el corredor los sufra. Se producen a
raíz del contacto continuo con las camisetas sudadas o húmedas y generalmente
lo sufren los hombres, ya que las mujeres lo evitan con la ropa interior. A
veces, cuando se hacen distancias largas, el problema se agrava y se producen
heridas. Una vez se sangra, estas heridas cada vez tardan más en curarse y
cuando se vuelve a correr de inmediato vuelven a surgir los dolores. En fin, un
martirio que se puede evitar con soluciones tan clásicas como ponerse vaselina
o un trozo de esparadrapo cubriendo el pezón, tratando de evitar el contacto
con los pelos.
La maldición de las uñas
negras
También suele ser muy usual
que las uñas se acaben poniendo negras y que, incluso, podamos perderlas debido
al roce de la punta de los dedos con las zapatillas. Por esa razón, es muy
importante que nos aseguremos, al comprar unas zapatillas nuevas, que estamos
eligiendo la talla correcta (tema que tratamos en otro post). Para evitar este
problema, es fundamental que la zapatilla no quede apretada, ya que cuando
corremos nuestros pies se hinchan y, además, en cada zancada se desplaza unos
milímetros al interior de la zapatilla. Pero tampoco podemos optar por comprar
unas zapatillas muy grandes, porque otro factor muy importante, es que el pie
quede bien sujeto, ya que conviene evitar que la zapatilla quede muy holgada y
produzca roces o ampollas durante el recorrido. La solución, además de las
mencionadas, pasa también por poner vaselina entre los dedos o polvos de talco.
Esos roces tan molestos…
Al margen de los que se hacen
en pezones, también se producen muy habitualmente en axilas y muslos, entre
otros sitios. Para evitarlos, aparte de la socorrida vaselina, que siempre es
útil, recomendamos el uso de ropa técnica apropiada para practicar este
deporte. No obstante, esta no es siempre la única solución, otra recomendación
muy importante es que sea la ropa compresiva la que tenga contacto directo con
la piel. De este modo, evitamos el desplazamiento de la ropa y el roce.
Esperamos que algunas de
estas recomendaciones os sirvan de ayuda para evitar estos problemas tan
presentes en el día a día del corredor y… ¡a seguir trotando!
0 comentarios